Arte al margen: espacios de lucha y reivindicación

<< Las fronteras están diseñadas para definir los lugares que son seguros de los que no lo son,

para distinguir el us (nosotros) del them (ellos)>>.

Borderlands – Gloria Anzaldúa.

Sobre la idea de frontera reflejada en Borderlands de Gloria Anzaldúa -libro que os recomiendo-, he querido aunar la obra de Doris Salcedo (‘Shibboleth’-2007), Kara Walker (‘Fons Americanus’-2019) y Shirin Neshat (‘Women of Allah’-1996). Quiero demostrar que estas tres autoras también se reapropian de esos espacios fronterizos, y convierten un mundo de barreras, límites y opuestos en una herramienta para luchar contra el racismo, el machismo y el colonialismo rompiendo con el discurso eurocéntrico de la historia.

Partiendo de ‘Shibboleth’1, como hilo conductor para conectar las obras. Esta grieta irregular de unos 167 metros, representa una barrera; se convierte en un obstáculo físico (geográfico) para el visitante, que tiene que saltar para poder atravesar la sala. Tomando las palabras de la propia Doris <<el espacio que marca la obra es un espacio negativo, que es el espacio que, en últimas, ocupamos las personas del tercer mundo en el primer mundo>>.

Shibboleth es un abismo que representa mundos que no llegan a tocarse. Es una visión dolorosa del mismo, sobre todo para las personas que habitan esos márgenes. Esta obra transgrede las conciencias de una cultura hegemónica, colonizadora y dominante2, está atravesada por el racismo y el colonialismo que impera en el mundo moderno; habla de límites, de la experiencia de los inmigrantes y la segregación, de personas expuestas a la experiencia extrema del odio racial y sometidos a condiciones inhumanas en el primer mundo.

Frente a la austeridad de Shibboleth, nos encontramos con ‘Fons Americanus’ de Kara Walker, una escultura que es toda una declaración de intenciones –no en vano, se expuso en la misma Sala donde se presentó Shibboleth unos años antes-, casi parece el resultado de esa segregación fronteriza inicial.

La obra de Kara no es conciliadora, emplea un estilo de arte del siglo XIX con una perspectiva moderna que intenta destacar la explotación física y sexual. Es mucho más descarada e incluso juega con la ironía en su simbolismo3. Nos obliga a cuestionarnos las narrativas dominantes, la historia única. Se reapropia de los estereotipos y pone en el centro el origen de la diáspora africana, señalando que estamos rodeados de elementos cotidianos que son símbolos coloniales.  

<<Desafiar y resaltar las dinámicas de poder abusivas en nuestra cultura es mi objetivo>>.

Kara Walker.

Se tiende a pensar que las esclavas y esclavos que llegaron a EEUU nunca se resistieron, sin embargo, tal como dice la historiadora Manisha Sinha, muchas de esas personas se rebelaron contra la estructura esclavista todos los días de su vida4. Nos falta un relato que contemple la brutalidad de esta institución, que rompa precisamente con los discursos hegemónicos y absolutos.

‘Women of Allah’, es la que mejor representa de las tres la frontera cultural/religiosa; su simbología genera más rechazo. Esta obra me permitía explorar un territorio más desconocido y con un prejuicio añadido: la religión en relación con el feminismo.

Las mujeres aparecen siempre con el chador, símbolo de la represión por excelencia en el mundo islámico; la piel visible, está cubierta por textos farsis de escritoras persas,  que hablan del deseo, la vergüenza o el amor5; la poesía y el lenguaje como arma contra el silencio. Otro elemento que llama la atención y contrasta con la belleza de las fotografías son las armas, signo de lucha y valor de la mujer iraní. Esta representación del mundo está llena de contrastes: blanco/negro; belleza/violencia; lo femenino/lo masculino; Occidente/Oriente. La mujer como campo de batalla que remite a la construcción colonial de mujer islámica: posesión exótica y criatura sumisa6. Estas imágenes más allá de los elementos religiosos, nos hacen reflexionar sobre el cuerpo femenino, el poder, la violencia y la opresión. Son ellas las protagonistas, las que se exponen, y no es tanto lo que vemos, sino la simbología cargada de metáforas lo que interesa, porque para entenderla, debemos cambiar la mirada occidental por otra más amplia.

<<Todo mi trabajo ha sido una forma de celebrar y rendir homenaje a las grandes mujeres artistas y al feminismo, Mi obra es una forma simbólica de representar su poder en esa parte del mundo. Es una imagen completamente opuesta a la que tenemos sobre ellas en Occidente. Pensamos que las iraníes son víctimas, pasivas, y yo siento que es justo, al contrario: hay mucha represión, pero ellas no son ni perdedoras ni víctimas>>7.

Shirin Neshat

Rescato aquí la opinión de Pilar Godayol, cuando dice que estas autoras son transgresoras porque perturban toda clase de convenciones sociales. Exploran cuestiones tabú8, “lo personal es político” –también para ellas–. <<Discuten el rol que les ha sido asignado para reconstruir  identidades que han sido desvalorizadas por las jerarquías racializantes, sexuales, religiosas…, inventadas dentro de sistemas modernos de clasificación>>9. Esas fronteras se rompen con su forma de entender y compartir el arte.

Las tres obras se conectan desde lo fronterizo, los opuestos e incluso la contradicción. Es precisamente la propuesta que Anzaldúa defendía, narrar desde esos espacios, reapropiándose de ellos para ponerlos en el centro; no ver en estos un lugar divisorio o negativo, sino un nuevo mundo en el que convivan diferentes realidades en un plano horizontal no jerarquizado (el mundo zurdo10). Un nuevo lenguaje donde se nombre diferente y el discurso cambie.

Quizá el trabajo de Neshat es el que más interpela. Nos hace replantearnos todos esos estereotipos que tenemos sobre la mujer musulmana y darnos cuenta, que los discursos sobre el feminismo e Islam siguen teniendo carácter colonial. Que Neshat represente a las mujeres con el chador, genera controversia. Es difícil tener una posición clara al respecto, ya que mi mirada no deja de ser la de una mujer blanca, occidental y atea, tiene un sesgo, más aún cuando las últimas noticias que nos llegan desde Afganistán es la obligación de tapar las cabezas de los maniquís femeninos en las tiendas11.

Sin embargo, leyendo a Sirin Adlbi Sibai12 entiendo que existe una lectura más amplia y menos categórica, algo que también menciona Mona Eltahawy en ‘El himen y el hiyab’. <<El constructo mujer musulmana con hiyab es un discurso colonial polivalente. Hacer este tipo de lecturas reaccionarias, lleva a conclusiones que parten, en un caso de la interpretación de textos islámicos como contrarios a los derechos y a la dignidad de las mujeres, y en otro parte de la opresión de las mujeres a partir de legitimaciones que pretenden extraerse de los textos islámicos. Es más, esta conclusión es en sí misma patriarcal y machista, cuando da por sentado que las lecturas de los hombres tienen mayor validez (y por tanto que ellos están más capacitados para llevarlas a cabo) que la de las mujeres que plantean una relectura de los textos islámicos desde la perspectiva de género>>.13

Pensar que las mujeres del sur global, Oriente Medio y Norte de África no están organizadas para luchar por sus derechos y los de sus hermanas, es un error y perpetua el discurso colonial y paternalista que trata al resto de culturas no eurocéntricas como inferiores, sin tener en cuenta otros elementos de resistencia como el feminismo postcolonial, el negro o el chicano. Por eso, <<la teoría feminista occidental dominante debería reformular la dicotomía igualdad-diferencia, teniendo en cuenta las diferentes experiencias femeninas y feministas. Este es el gran desafío. Una apertura que debe darse en términos de igualdad (horizontalidad) y no partiendo de una actitud de acercamiento tolerante de la superioridad occidental a la inferioridad de otras culturas>>14. Es importante tener en cuenta los espacios desde los cuales se narran. No es lo mismo hablar desde el exilio que vivir en el país que te está oprimiendo, donde tu vida está en riesgo constante. Las herramientas, los discursos y las luchas no se hacen de la misma manera y no por ello son menos importantes o pierden fuerza.

Estas tres obras dialogan entre ellas, se complementan. Mientras Salcedo y Neshat tienen un discurso artístico más calmado, contenido incluso – en ambas las “voces” son mudas, pero al mismo tiempo son espacios donde la resistencia está muy presente -, Fons Americanus, es una explosión de rabia. Lo que me lleva a reivindicar también la legitimidad de ese sentir del que históricamente hemos sido excluidas. Cualquier mujer que exprese con firmeza y autoridad ira o rabia, incomoda. Esto se agrava si la mujer es racializada. Audre Lorde en su libro ‘Sister Outsider’ dice: No es la ira lo que nos destruirá sino nuestra negativa a escuchar y aprender de ella, a profundizar en ella y aprovecharla como fuente de fortalecimiento. Por eso me parece muy interesante la expresión artística de Walker, es un recurso tanto personal como colectivo muy potente, no sólo se atreve a (re)contar la historia desde ese lugar, sino que además escoge elementos muy particulares que están asociados directamente al imperialismo (poder y victoria británica en este caso), se los apropia y les da un significado distinto. Incluso parece que se burla de ellos.

Es importante conocer el pasado, no sólo para repudiarlo, sino para ser más empáticos y respetuosos con las exigencias de todas aquellas personas que han sufrido bajo esa dominación. Olvidar el pasado es condenarse a repetirlo. <<Olvidar es siempre una exigencia de los dominadores; las víctimas raramente pueden hacerlo, no por resentimiento, sino por afán de supervivencia y de justicia. Al situarse en la posición del otro, ese discurso desplaza totalmente la mirada y pone radicalmente en cuestión la pretendida neutralidad del discurso cultural europeo>>15.

Shibboleth, esta grieta de 167 cm, dejó una marca en la antigua Sala de Turbinas de la Tate Modern que nos recuerda que los crímenes históricos no pueden ni deben borrarse. Una cicatriz que, al igual que las obras de estas tres artistas, tal vez ayude a tender puentes y borrar fronteras.


Nota personal: Este artículo pertenece al trabajo final que tuve que entregar en la asignatura Arte contemporáneo al margen de Occidente. La idea era relacionar Borderlands, libro escrito por Gloria Anzaldúa del que hice un ensayo previo, con tres obras contemporáneas decoloniales elegidas libremente. Este es mi punto de vista basado en las lecturas e investigación que he llevado a cabo para hacer el trabajo.


Bibliografía

Libros

Anzaldúa, Gloria. ‘Borderlands. La frontera. La nueva mestiza’. Editorial Capitán Swing, 2016.

Meloni, Carolina. ‘Feminismos Fronterizos. Mestizas, abyectas y perras’. Editorial Kaótica libros, 2021.

Artículos

Galceran Huget, Montserrat. ‘La bárbara Europa. Una mirada desde el postcolonialismo y la descolonialidad’.

Adlbi Sibai, Sirin. Pensamientos y prácticas de(s)/coloniales, ‘Colonialidad, feminismo e Islam’.

Spivak, Gayatri Chakravorty. ‘¿Puede hablar el subalterno?’

Recursos de internet

Noticia:

https://elpais.com/videos/2023-01-17/los-maniquies-femeninos-en-afganistan-el-ultimo-objetivo-de-los-talibanes.html?autoplay=1

Artículo: Estéticas decoloniales (I):    

Artículo ‘La fuerza femenina de Shirin Neshat’, Riccardo Giamminola. https://mirandoelarte.wordpress.com/2020/05/31/la-fuerza-femenina-de-shirin-neshat/

Woman art house: Shirin Neshat. Caligrafía, mujer e Islam. https://emmatrinidad.wordpress.com/2018/05/28/woman-art-house-shirin-neshat-caligrafia-mujer-e-islam/

Revista Contexto y acción. Artículo Kara Walker, siluetas.  https://ctxt.es/es/20220501/Culturas/39778/kara-walker-deborah-garcia-ministerio-arte-historia-de-la-esclavitud.htm

Artículo ‘La transgresión del vacío. Una mirada a Shibboleth de Doris Salcedo’. https://www.replica21.com/archivo/articulos/g_h/534_galindo_salcedo.html

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  1. El título de la obra, una palabra de origen hebreo que significa espiga o torrente, hace referencia a un pasaje del Antiguo Testamento donde se narra la historia del triunfo de la tribu de Galaad, quienes tras una batalla a la orilla del río Jordán, obligaron a los que intentaban cruzar el río a repetir esta palabra como prueba para identificar a los vencidos. Ante la incapacidad de pronunciar el fonema «sh» más de 40 mil judíos del pueblo de Efraín fueron brutalmente masacrados.  https://www.replica21.com/archivo/articulos/g_h/534_galindo_salcedo.html
    ↩︎
  2. Artículo ‘La transgresión del vacío. Una mirada a Shibboleth de Doris Salcedo’. https://www.replica21.com/archivo/articulos/g_h/534_galindo_salcedo.html ↩︎
  3. La fuente está inspirada en el Victoria Memorial frente al Palacio de Buckingham, diseñado en 1901 y presentado en 1911 para honrar los logros de la reina Victoria. En lugar de una celebración del Imperio Británico, el trabajo de Walker ofrece una crítica poderosa, invirtiendo la habitual función de los memoriales y cuestionando las narrativas de poder que presentan. Figuras escultóricas que cubren el monumento se derivan de una variedad de fuentes históricas, literarias y culturales de arte. Entre las que se encuentran las obras de arte ‘El barco de esclavos’ (1840) de Turner, ‘La corriente del golfo’ (1899) de Winslow Homer 1899 y The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living (1991) de Damien Hirst. https://www.plataformadeartecontemporaneo.com/pac/fons-americanus-kara-walker-tate-modern/ ↩︎
  4. Revista Contexto y acción. Artículo Kara Walker, siluetas.  https://ctxt.es/es/20220501/Culturas/39778/kara-walker-deborah-garcia-ministerio-arte-historia-de-la-esclavitud.htm ↩︎
  5. La caligrafía está asociada a la tradición cultural persa y de Oriente Medio y al papel que la poesía ha jugado en la lucha contra la represión política. ↩︎
  6. Woman art house: Shirin Neshat. Caligrafía, mujer e Islam. https://emmatrinidad.wordpress.com/2018/05/28/woman-art-house-shirin-neshat-caligrafia-mujer-e-islam/ ↩︎
  7. Artículo ‘La fuerza femenina de Shirin Neshat’, Riccardo Giamminola. https://mirandoelarte.wordpress.com/2020/05/31/la-fuerza-femenina-de-shirin-neshat/ ↩︎
  8. Meloni, C., ‘Feminismos Fronterizos’. Referencia citada en pág. 213: Godayol. Pilar, ‘Locas de la raza cósmica: Literatura, género y chicanismo’ ed.cit.p.102
      ↩︎
  9. Artículo: Estéticas decoloniales (I):  https://transnationaldecolonialinstitute.wordpress.com/esteticas-decoloniales-i/ ↩︎
  10. Anzaldúa, G., ‘Borderlands/La frontera’. Edit. Capitán Swing, 2016. ↩︎
  11. Noticia: https://elpais.com/videos/2023-01-17/los-maniquies-femeninos-en-afganistan-el-ultimo-objetivo-de-los-talibanes.html?autoplay=1 ↩︎
  12. Pensamientos y prácticas de(s)/coloniales, ‘Colonialidad, feminismo e Islam’. Sirin Adlbi Sibai.
    Muy relacionado con estas dos ideas extraídas del texto La bárbara Europa. Una mirada desde el postcolonialismo y la descolonialidad. Montserrat Galceran Huguet: <<En el momento en el que la cultura dominante logra imponerse como la única interpretación válida para todos los miembros de la sociedad, se convierte en ideología, en la medida en que habrá clases y grupos cuya posición de vida no podrá adecuarse a los criterios dominantes, justamente por las diferencias que la atraviesan. Surgen de este modo contraculturas y subculturas…>>. << En ninguno de los dos casos se escucha la voz de la mujer: si en el contexto de la producción colonial, el individuo subalterno no tiene historia y no puede hablar, cuando ese individuo subalterno es una mujer, su destino se encuentra todavía más profundamente a oscuras […] no hay ningún espacio desde el cual la subalterna sexuada pueda hablar>>. G. Ch. Spivak, «¿Puede el subalterno hablar?», Orbis Tertius, 1998, núm. III (6), p. 20 ↩︎
  13. Ibídem. ↩︎
  14. Ibídem. ↩︎
  15. La bárbara Europa. Una mirada desde el postcolonialismo y la descolonialidad. Montserrat Galceran Huguet. ↩︎